Precios de alimentos han subido un 25% en Pensilvania desde el COVID


Fuente Externa

Además de su altísimo costo en términos de salud y vidas humanas, la pandemia del coronavirus tuvo un efecto colateral muy perjudicial en el bolsillo de los consumidores en todo el mundo, y Estados Unidos no ha sido la excepción.

De acuerdo con un reciente estudio, a partir de marzo del 2020 los habitantes de Pensilvania están pagando alrededor de un 25% más por sus alimentos.

Este impacto negativo del COVID-19 se refleja en el precio de los asados ​​de carne, que aumentó un 40%; las frutas y verduras enlatadas (31,6%) y el pollo, que desde entonces se incrementó un 29,2%, según un análisis de datos de consumidores elaborado por TraceOne, una empresa de soluciones de software.

Otro ejemplo de cómo ha ido en ascenso la inflación, medida por el Índice de Precios al Consumidor (IPC), lo representan los huevos, que se han disparado hasta en un 50% desde que inició la pandemia.

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Por otro lado, un dato positivo es que los precios de los huevos han ido bajando año tras año hasta en un 6 por ciento desde el 2023. Lo mismo ocurre con la harina (-2 por ciento), los aderezos para ensaladas (-4%) y las frutas y verduras congeladas (-9%).

GASTO FAMILIAR

De acuerdo con el estudio, en Pensilvania el 7,6 por ciento del gasto de los consumidores se destina al renglón de los comestibles.

Los hogares de Pensilvania también gastan en promedio $249 por semana en comestibles, o $152 por semana para hogares de una sola persona; $226 por semana para hogares de dos personas, $303 por semana para hogares de tres personas y $324 por semana para hogares de cuatro personas.

La investigación de TraceOne fue realizado utilizando datos de la Oficina de Estadísticas Laborales, la Oficina de Análisis Económico y la Oficina del Censo de Estados Unidos.


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