Consumo de marihuana medicinal florece en la República Dominicana
La señora sorprendió a su hijo con la buena noticia de que sus malestares estaban mejorando con el nuevo medicamento. El hijo miró el recipiente y alertó a su madre de que el ungüento estaba hecho a base de marihuana, una droga cuyo uso en República Dominicana es ilegal. Alarmada, y sin pensarlo dos veces, la señora decidió deshacerse del fármaco que días antes le había comprado a una comadre.
A pesar de su ilegalidad, el uso de la marihuana (Cannabis sativa L.) para fines medicinales se abre campo en el país, esquivando a los organismos de seguridad encargados de su persecución, los que, hasta el momento, solo conocen y detienen a los infractores por consumo y tráfico.
Durante esta investigación, Diario Libre tuvo acceso al “fármaco” que más de uno vende en el país y conversó con personas que dan testimonio de su uso para aliviar padecimientos de salud. También con médicos que defienden su utilización dentro y fuera de la medicina tradicional.
Te recomendamos: Precios de la gasolina subiendo en Pensilvania
Desde el sector oncológico, que reclama la despenalización de su uso médico, se quejan de que muchos pacientes con referimiento de ese medicamento, tienen que ser tratados con drogas más potentes e invasivas ante la dificultad de poder acceder legalmente a la marihuana.
Mientras se debate sobre su utilidad médica y su prohibición, ya muchos han decidido jugárselas para adquirirla, sea comprándola en el país o burlando los controles aduaneros para importarla, a fin de aliviar sus padecimientos con el uso de marihuana o cáñamo, la otra variante que se comercializa en República Dominicana.
Por el carácter clandestino de su uso, José (nombre ficticio) accede a contar la historia del tratamiento de su padrastro, a quien le diagnosticaron cáncer hace ya unos cuatro años.
A sus 65 años, el señor recibió el fatal diagnóstico, dado por médicos nacionales como del extranjero, de que padecía un cáncer terminal y que, como mucho, le quedaba un año de vida. Ya no había nada médico que hacer, solo restaba mejorarle su condición de vida.
Fue entonces cuando José decidió presentarle la opción del cannabis a su padrastro.
“Yo, por mi postura, que soy cristiano, una persona de fe, aunque sé que la ciencia la hizo Dios, siempre hablo en contra del uso de la marihuana, pero decía que los derivados sí se pueden usar de forma medicinal, no recreacional”, comenta José, que reside en una ciudad de Estados Unidos, donde el uso medicinal de la marihuana es permitido.
José había leído un artículo sobre una niña a la que los médicos no le daban esperanzas de vida, y que había logrado recuperarse usando marihuana, así que le insistió a su padrastro, que había regresado a República Dominicana a pasar sus últimos días, para que la usara.
Por intermedio de un conocido en Santo Domingo, la familia entró en contacto con una persona del interior del país que le vendió el aceite de cannabis y durante un tiempo lo estuvo usando, asegura, con resultados satisfactorios. La historia completa dando clic aquí
Fuente Externa/Diario Libre