Peloteros dominicanos y esteroides, tema del New York Times
Bajo el título “La República Dominicana ama el béisbol, pero los problemas con los esteroides son profundos”, el New York Times publicó este viernes un extenso reporte de los peloteros que han caído en este entramado ilegítimo.
El autor de esta completa panorámica, James Wagner (ha cubierto béisbol —los Mets durante dos años y medio, los Yankees durante dos años y ahora en un rol nacional— para The Times desde 2016. Anteriormente trabajó en The Washington Post durante seis años, incluidos cuatro cubriendo a los Nacionales), subraya que alrededor del 50% de las pruebas de drogas positivas del béisbol de EEUU provienen de jugadores dominicanos.
“Desde Jenrry Mejía y Fernando Tatis Jr. hasta ligas menores y adolescentes, los problemas impregnan todos los niveles”, destaca.
Un traducción no oficial del texto de James Wagner arranca por destacar que cada vez que se entera de que otro beisbolista de República Dominicana ha dado positivo por drogas para mejorar el rendimiento, algo muy común entre sus compatriotas, Jenrry Mejía siente las mismas emociones intensas: tristeza y empatía.
Alguna vez un joven y prometedor cerrador de los Mets, Mejía, de 33 años, puede hablar por experiencia. Desde que Major League Baseball y el sindicato de jugadores de la MLB acordaron suspensiones para los infractores por primera vez a partir de 2005 , ningún jugador ha sido sancionado más que él: su tercera prueba positiva, que se produjo en 2016, provocó una suspensión de por vida.
Mejía, entonces de unos 20 años, reaccionó precipitadamente al castigo y acusó a la MLB de participar en una conspiración en su contra. La prohibición de por vida se revocó dos años después, luego de que Mejía se disculpara con el comisionado de la MLB, Rob Manfred, por sus acciones, y fue reintegrado condicionalmente, aunque aún no ha regresado a las mayores.
Desde entonces, Mejía ha hablado frecuentemente con jugadores más jóvenes sobre los peligros de los esteroides y cómo descarrilaron su carrera. Entonces, después de que Fernando Tatis Jr., de los Padres de San Diego, recibió una suspensión de 80 juegos en agosto por dar positivo por un potenciador de rendimiento prohibido, Mejía dijo que quería darle a Tatis, de 23 años, o a cualquier jugador suspendido, algo no solicitado. consejo.
“Lo que no necesita es que la gente le arroje tierra”, dijo Mejía recientemente en español. “Él necesita a alguien que hable con él y le diga que todo estará bien. Todo el mundo sabe que la situación es mala. Pero da la cara, admite el error y sigue adelante”.
La prueba positiva de Tatis, un evento discordante debido a su condición de superestrella emergente, es solo el ejemplo más reciente de un fenómeno angustioso entre los jugadores de la República Dominicana. Desde 2005, ha habido 1.308 casos positivos entre jugadores de ligas mayores y menores. Según MLB, de las 30.000 pruebas de drogas que realiza en todo el mundo cada temporada, el 0,2 por ciento dan positivo por sustancias para mejorar el rendimiento, la mitad de las cuales son de jugadores de República Dominicana.
Por cada Robinson Canó, Melky Cabrera y Bartolo Colón que dieron positivo, muchos más ligas menores dominicanas han sido atrapados. Y las sustancias prohibidas más comunes en uso son los esteroides anabólicos anticuados que prevalecieron en otros deportes hace décadas.
Los dominicanos juegan en todos los niveles del béisbol, con ocho en la Serie Mundial de este año entre los Filis de Filadelfia y los Astros de Houston. Pero el porcentaje de dominicanos que dan positivo por sustancias prohibidas es desproporcionado con su representación en el juego. De los 975 jugadores en las listas de 28 jugadores del Día Inaugural de los equipos y en las listas inactivas de esta temporada, 99, poco más del 10 por ciento, eran de República Dominicana. Se creía que el porcentaje era mayor en las ligas menores.
“Es lamentable”, dijo en español Junior Noboa, ex jugador de Grandes Ligas y comisionado nacional de béisbol del país, en una entrevista reciente desde su oficina en el Estadio Quisqueya en Santo Domingo. “Es lamentable que después de todas las pláticas y todo lo que se hace sigan cometiendo estos errores”. La historia completa dando clic aquí
FUENTE: Acento