“El diablo” Mateo: de cantante de rezos a rey del merengue (video)

El legendario artista brilló cantando con La Sonora Matancera y El Gran Combo


Joseíto Mateo fue un cantante que encontró su amor por la música y el merengue “por obra y gracia del Espíritu Santo”, como él mismo dijo a Listín Diario hace dos años cuando se le preguntó de sus primeros pasos en la carrera a la que se entregó más de ocho décadas.

Aunque no es un récord certificado por el libro Guinness, se le consideraba el merenguero más viejo que se mantenía vigente hasta los 98 años que corrían sobre su vida, que ayer viernes tuvo su día final para quedar como gloria del merengue. Su historia está llena de anécdotas, unas tras otras, las que él no olvidaba pese a su longevidad.

Su madre fue su primera inspiración en la música. Ella, siendo una cantaora, lo arrastraba hasta sus compromisos diarios, en la mayoría de los casos velatorios, donde cantaba. Por eso, entre risas, dijo en vida que lo suyo vino por obra del Espíritu Santo.

Duirante su prolongada carrera se pasó de un siglo a otro y en el camino ganó títulos como “El Negrito del Batey”, “Merenguero hasta la tambora, “El Diablo Mateo”. y el que más le gustaba (¡y merecido!): “El Rey del Merengue”.

Mateo hizo su debut en la industria musical en tiempos muy convulsos. Una época difícil en la que todas las libertades públicas estaban limitadas en la República Dominicana. Sin embargo, su carisma natural y su característico estilo a la hora de cantar fueron determinantes para convertirse en una leyenda.

Inició su vida artística en la era del dictador Rafael Leónidas Trujillo, conectando inmediatamente con el público dominicano que no paraba de bailar sus contagiosos merengues. Lo hizo en el cabaret El Tocón, ubicado a la orilla del Río Nigua, en San Cristóbal.

Tiempo después decidió expandir su música a niveles internacionales, en parte por la opresión que se vivía, por lo que se estableció en Cuba, donde perteneció a la “Sonora Matancera” y cantó junto a Celia Cruz. Después del asesinato de Rafael Trujillo el 30 de mayo de 1961 y el fin de su dictadura, Joseíto decidió irse a probar suerte en Puerto Rico.

En 1962, Joseíto participó como vocalista en la primera gira del “Gran Combo” a Panamá, para promocionar el disco “El Gran Combo con Joseíto Mateo”. Allí conoció a los jóvenes cantantes Pellín Rodríguez y Andy Montañez, quienes terminaron por sustituirlo en la agrupación puertorriqueña. Viajó además por Venezuela, Curazao y Haití, entre otros países de Latinoamérica.

Mateo tuvo que regresar al país a “limpiar su nombre” como dijo en una entrevista de la época. “El Gran Combo estaba muy bien conmigo, me adapté a cantar plena, bomba, guaracha, boleros, pero después me tuve que regresar a Santo Domingo a limpiar mi nombre. Le estaban cayendo atrás a todos los que estuvieron con Trujillo, y en la República decían que yo era un espía y andaba huyendo”, dijo en esa época.

Legado musical 

Mateo fue uno de los artistas activos más longevos de la historia con casi 40 producciones y más de 100 canciones interpretadas. Se nutrió de las raíces del merengue y se constituyó en un singular exponente del mismo. Su estilo innovador se caracterizó por una actuación en escena enriquecida por su particular forma de bailar y cantar. Algunos de sus temas más conocidos son Madame Chuchí, Dame la visa, La cotorra de Rosa y La patrulla.

El 11 de noviembre de 2010, Mateo fue reconocido en los Grammy Latinos con el premio Excelencia Musical que entrega la Academia Latina de la Grabación, por sus aportes a la música latina.

En 2014 el Congreso Nacional de la República Dominicana lo declaró Rey del merengue. Además, la Cámara de Diputados lo reconoció como “Leyenda viva del merengue y de la música popular dominicana”.

También recibió el Botón de la Hispanidad en Nueva York y fue declarado Mariscal de la Primera Parada dominicana de Puerto Rico.

Le fue otorgado el premio ACE por sus 70 años de carrera artística; Su nombre fue colocado a una de las calles del barrio del Bronx en Nueva York y en el 2004 recibió el premio El Soberano, de los antiguos Premios Casandra.

Johnny Ventura: el artista que siempre quise ser

A Johnny Ventura le laceró el alma la noticia. “Joseíto siempre fue el artista que quise ser. Desde muy niño lo imitaba, fue mi gran inspiración durante toda mi carrera. A eso le sumo que por muchos años fuimos vecinos en Villa Juana y en La Fe. Pero además, en los inicios de mi carrera, después de mi primer disco, fue quien me grabó un disco con su empresa La merenguita. Teníamos una relación de mucha afinidad, incluso vendía mis discos en su tienda. Era una relación más allá de la admiración. En un momento dado le grabé un disco con mi orquesta, viajamos mucho juntos al exterior. Siempre he tenido respeto y cariño por él. Es doloroso este momento”, comentó.

Resalta que fue la primera figura dominicana que se posicionó en el mercado internacional. “Siempre llevando nuestra música con dignidad. Me merece todo el respeto del mundo. Nunca permití que se me presentara como rey del merengue porque siempre lo reconocí como tal. Uno de los compositores más prolíficos que ha tenido la República Dominicana en toda su historia. Escribía un merengue en un minuto. Fue el primer artista dominicano en cantar merengue bailando frente a una orquesta”, recordó. [Diario Libre/Listín Diario]

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